Ser padres cambia todo. Probablemente has oído esta frase muchas veces. Al tener un bebé no se trata únicamente de tener nuevas obligaciones y un pequeño a quien amar. También se ven afectados tu rutina diaria, tu dieta, tu sueño y hasta el tiempo que pasas en el baño. Descubre algunos de los muchos aspectos de tu vida diaria que podrían cambiar.

Una nueva rutina

Tras el nacimiento de tu hijo, todo tu sistema organizativo cambiará. Los horarios girarán esencialmente alrededor de la rutina del bebé (la hora de acostarse, las siestas, la lactancia o alimentación, ir a la guardería). Visitar al médico probablemente se convertirá en parte de tu vida cotidiana, especialmente cuando el niño empiece a ir a la guardería y a traer a casa todo tipo de gérmenes y enfermedades.
Podría resultarte difícil disponer de tiempo para ordenar la casa y realizar todas las tareas domésticas habituales. Por lo que a tu situación económica respecta, ahorrar suficiente dinero para garantizar la educación de tus hijos y su bienestar se convertirá en tu prioridad absoluta.
Por último, planificar las citas con antelación (por ejemplo, para ir a tomar algo con tus amigos) se hará necesario.

 

pareja de mujeres con su bebé en una cama

 

Menos tiempo para ti

Si antes tardabas media hora en el baño todos los días antes de ir al trabajo, te advertimos de que esto probablemente va a cambiar. En lugar de eso vas a tener que alimentar, cambiar y vestir al bebé, preparar su bolsita y su sillita, meterlo todo en el coche y por último dejarlo con la niñera.
En cuanto a esas tardes espontáneas que antes pasabas con los amigos, a menos que llames a un canguro o que tu pareja asuma la responsabilidad por esa noche, probablemente tendrás que rechazar las invitaciones y quedarte en casa. Organizar tus citas con tus amigos con antelación se hará necesario.

Dormirás menos

Tendrás que levantarte por la noche cuando el bebé llore y no tendrás tiempo para quedarte en la cama hasta tarde el fin de semana: ser padres también significa dormir menos. Además, encontrar un buen momento para echar una siesta a media tarde cuando tus hijos están en casa puede convertirse en una misión casi imposible.

Dieta y estilo de vida más sanos

Aunque el cambio en la dieta podría producirse tan pronto como empiezas a tratar de quedarte embarazada, las mujeres deben tener más cuidado con lo que comen durante el embarazo. Por último, prestar atención a la dieta es algo que también corresponde a mujeres que están dando el pecho.
Por lo que respecta a la alimentación, es importante dar buen ejemplo a tus hijos y comer tú bien. En consecuencia, te podrá parecer que los almuerzos y las cenas como padre son mucho más saludables de lo que eran antes de tener niños: más frutas y verduras, menos comida rápida y sushi.
Además, cuando se trate de elegir productos de limpieza o higiene, probablemente te darás cuenta de que tiendes a prestar mayor atención a los ingredientes y quizás (si no es el caso ya) elegir champús, jabones y detergentes de vajilla orgánicos y libres de productos químicos.

Ya no eres tú primero

Tu bebé constituye ahora tu prioridad número uno. Piensas todo el tiempo en él. Tus emociones como preocupaciones o alegría intensa giran todas alrededor de tu angelito. Si por ejemplo vas de compras es probable que pongas siempre las necesidades del bebé primero y no te des tantos caprichos como antes.
Tampoco saldrás tan a menudo como lo hacías antes de tener al bebé, no solo porque tendrás menos tiempo libre sino también porque simplemente querrás pasar tiempo con tu pequeña familia.

Cambio de hábitos y prioridades

Dejar de fumar, limpiar la casa cada tres semanas en vez de cada fin de semana, salir con amigos que tienen hijos, irse a la cama a las 9 un viernes de noche: convertirse en padre cambia tus hábitos un montón.Tus prioridades cambian también. Te concentras más en las cosas importantes como la familia, los hijos y tus aficiones. Como tienes menos tiempo y energías, no puedes hacer todas las cosas que hacías antes pero esto se puede compensar priorizando las cosas de mayor importancia.

Te sientes más fuerte y seguro

Muchos padres se sienten más fuertes tras el nacimiento de su bebé. Esta nueva obligación les genera una mayor confianza en sí mismos. Las mamás también ven su cuerpo de forma diferente y tienden a aceptarlo mejor de lo que lo hacían antes de quedarse embarazadas. También aprendes a ser más paciente y a tomarte tu tiempo.

Tu relación con tu pareja cambia

Las cenas románticas a la luz de las velas de repente son menos y cada vez más distantes entre sí. Las oportunidades de intimidad sexual a menudo pueden convertirse en una rareza también, tal vez con una disminución de la libido tras el nacimiento y después una falta crónica de energía tras las muchas noches sin dormir. Si eres un padre soltero, para encontrar tiempo para buscar pareja también lo vas a tener más bien difícil aunque todavía no será imposible.
Por otra parte, tu relación con tu pareja puede incluso reforzarse gracias al nacimiento de tu hijo. Ver a tu bebé por primera vez, presenciar todos sus logros e hitos o luchar juntos para darle todo lo que necesita puede generar un fuerte vínculo entre tú y tu pareja sin igual.

Sientes más respeto por tus padres

Ahora que este pequeño está en tu vida puedes entender mejor el amor de tus padres hacia ti. Muchas nuevas mamás y papás empiezan a querer a sus propios padres tras el nacimiento de su bebé, tanto si es por recibir ayuda de estos o solamente por disfrutar un agradable momento de familia juntos.

Amistades

Cuando tienes hijos dejas de ver a algunos de tus amigos durante una temporada mientras que a otros les ves con mayor frecuencia. Te puede parecer más conveniente y agradable ver a aquellos que tienen hijos como tú. Te parece que te entienden mejor, además los niños podrán jugar juntos mientras los padres disfrutan de una conversación entre adultos. Por el contrario, los amigos con los que solías salir cada sábado por la noche suelen desaparecer en combate una vez que te has convertido en padre.

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