Convertirse en padres es el sueño de mucha gente. Por desgracia para algunos, como por ejemplo las parejas gay o personas con problemas de fertilidad que les impiden tener hijos propios, este sueño es difícil de convertir en realidad. La gestación subrogada en este contexto es una de las soluciones que permiten a estas parejas tener un bebé biológico.

Esto plantea un interrogante ya que es fácil entender por qué las parejas recurren a los vientres de alquiler para tener un hijo pero ¿qué hay de las mujeres que se ofrecen como madres de alquiler? ¿Qué les motiva a gestar el bebé de otra pareja durante nueve meses?

El dinero no es el motivo principal

Los vientres de alquiler pueden llevar miles de años existiendo pero eso no significa que la motivación de las mujeres para prestarse a la gestación subrogada haya dejado de ser algo sospechosa para algunas personas. Muchos todavía creen que lo hacen simplemente por dinero.

Por supuesto, lo que se cobra por gestar al niño durante nueve meses puede ser una ayuda económica importante. Sin embargo, los beneficios económicos de la gestación subrogada rara vez son el motivo principal y único. Además, las agencias lo dejan claro: El dinero no puede ser tu única motivación para convertirte en madre de alquiler.

Las mujeres que se ofrecen como gestantes subrogadas casi siempre tienen otros motivos para hacerlo. Algunas mujeres no cobran nada y se someten al proceso con el fin de ayudar a un amigo o familiar. Las que perciben una remuneración económica generalmente cobran entre $35,000 y $50,000 por embarazo para asumir los costes de medicinas, el posible reposo en cama, gastos de hospital y cualquier otro gasto médico, así como los costes de transporte relacionados con el embarazo.

También pueden gastar lo que ganan en sus proyectos personales, por ejemplo en los estudios universitarios de sus propios hijos o en ayudarles a adquirir una casa nueva.

Empatía y compasión

El motivo principal que lleva a las mujeres a gestar el hijo de otra persona, sin embargo, es simplemente el deseo de ayudar a quienes no pueden tener familia propia. Tal vez porque ellas mismas se han enfrentado a dificultades para quedarse embarazadas o quizás porque conocen a alguien que es estéril, estas mujeres (que generalmente son madres) sienten compasión por quienes tienen la intención de ser padres y quieren apoyarles en su empeño en tener un bebé biológico.

Las madres subrogadas entienden lo devastador de la condición de estéril e incapaz de concebir. También entienden el fuerte deseo de las parejas gay de convertirse en padres. Saben que los problemas de infertilidad y los muchos obstáculos que impiden a muchas personas tener un niño a veces conducen a la depresión o a la separación.

Por eso las madres subrogadas empatizan con estas parejas y se ofrecen a ayudarles a formar familia.

Las madres subrogadas disfrutan estando embarazadas

Muchas madres subrogadas han tenido hijos propios tras embarazos sin complicaciones. Aunque el embarazo a algunas les parece largo y arduo, al parecer las mujeres que libremente gestan el bebé de otra pareja disfrutan estando embarazadas, tanto es así que les parece que el esfuerzo extra merece la pena.

Las inyecciones y las molestias asociadas al embarazo (nauseas, reposo en cama, etc.) no parecen disuadirlas. Ver crecer al bebé y dar la vida a otro ser humano constituye, para estas mujeres, una fuente de gozo y un logro inmensos.

Los motivos para prestarse a ser madres de alquiler son tantos como mujeres están dispuestas a ello. Cada una tiene su propia motivación pero al final, gracias a estas mujeres, las parejas pueden por fin ver cumplido su sueño de convertirse en padres.

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